La Ruptura y el Riesgo Extremo
El Mito de "Si fuera tan malo, se iría" y la Escalada
La pregunta social "¿Por qué no se va?" ignora una realidad estadística letal: el momento de la separación o la denuncia es el de mayor riesgo de homicidio o feminicidio.
El agresor, cuyo objetivo principal es el control, al sentir que pierde su "propiedad", escala la violencia a niveles extremos para restablecer el dominio o destruir lo que no puede poseer.
La decisión de denunciar es un arma de doble filo: activa la protección estatal, pero también detona la furia del victimario.
Muchas víctimas no se van porque realizan una evaluación de riesgo precisa e intuitiva: saben que intentar huir puede ser su sentencia de muerte si no tienen un plan de seguridad robusto.
La dependencia económica inducida y la falta de recursos actúan como barreras formidables.
Por tanto, el consejo experto nunca debe ser presionar una salida precipitada ("déjalo ya"), sino empoderar a la víctima para planificar una huida estratégica y segura, entendiendo que el sistema judicial a menudo carece de la velocidad para protegerla en el momento crítico de la ruptura.
Hoovering y el Ciclo Post-Separación
La dinámica de abuso rara vez termina con la separación física. El agresor suele iniciar la técnica de Hoovering (aspiradora) para succionar a la víctima de vuelta a la relación.
Utilizan tácticas de manipulación emocional intensa, como crisis fabricadas ("estoy enfermo", "me voy a suicidar sin ti"), promesas de cambio radical o el uso de los hijos como cebo.
Dado que la víctima está atravesando el síndrome de abstinencia del vínculo traumático y a menudo se encuentra en precariedad económica o soledad, es extremadamente vulnerable a estas tácticas.
Las estadísticas indican que una víctima intenta irse un promedio de siete veces antes de lograrlo definitivamente.
Como profesionales, debemos normalizar estas recaídas como parte del proceso de desintoxicación y recuperación, evitando juzgar a la víctima, y manteniendo las puertas abiertas para cuando esté lista para el intento definitivo.
Resumen
Estadísticamente, el momento de la separación o denuncia es el de mayor riesgo de homicidio. Al sentir que pierde su "propiedad", el agresor escala la violencia a niveles letales para restablecer el dominio o destruir a la víctima.
Muchas víctimas no huyen por una evaluación precisa del peligro, sabiendo que sin un plan robusto su vida corre riesgo. El consejo profesional debe enfocarse en planificar una salida estratégica y segura, no en presionar una huida precipitada.
Tras la separación física, el agresor suele aplicar el "Hoovering" para aspirar a la víctima de vuelta. Utilizan crisis fabricadas o promesas de cambio para explotar la vulnerabilidad emocional y el síndrome de abstinencia del vínculo traumático.
la ruptura y el riesgo extremo