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El Ciclo de la Violencia (Modelo de Walker)

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El Ciclo de la Violencia (Modelo de Walker)


Las Fases del Ciclo y la Escalada de Tensión

Para comprender la permanencia de la víctima en una relación abusiva, es fundamental desmitificar la idea de que la violencia es un estado estático y constante de agresión.

Por el contrario, la violencia intrafamiliar opera bajo un esquema cíclico y repetitivo, conceptualizado por Lenore Walker, que atrapa a la víctima en una montaña rusa emocional.

El ciclo no inicia con el golpe, sino con la Fase de Acumulación de Tensión, donde el agresor se muestra irritable, silencioso o crítico, y la comunicación se corta.

En esta etapa, la víctima intenta desesperadamente apaciguar el ambiente, "caminando sobre cáscaras de huevo" y complaciendo en todo para evitar el estallido, viviendo en un estado de ansiedad extrema.

Inevitablemente, la tensión desemboca en la Fase de Explosión Aguda, el episodio más breve pero peligroso donde ocurre la violencia física, sexual o verbal extrema.

Tras la descarga, sobreviene la Fase de Luna de Miel (o arrepentimiento simulado), donde el agresor pide perdón, promete cambiar, hace regalos y se muestra encantador. Es crucial entender que la violencia es progresiva; nunca es estática.

Una premisa vital en la detección temprana es identificar que la agresión física hacia las personas suele estar precedida por la violencia contra el entorno.

Si una pareja golpea la pared, rompe una puerta, destroza el celular o patea una mesa durante una discusión, está "ensayando" la violencia contra el cuerpo de la víctima.

Los expertos forenses advierten que golpear objetos inanimados es el paso previo inmediato a golpear a la pareja.

Esa falta de gestión emocional y la necesidad de descargar la ira físicamente demuestran una incapacidad de control que, inevitablemente, cruzará la línea hacia la integridad física de los miembros de la familia.

Con el tiempo, la fase de calma o "Luna de Miel" se acorta hasta desaparecer, dejando a la víctima atrapada en un bucle continuo de tensión y explosión sin respiro.

Indefensión Aprendida y Refuerzo Intermitente

La exposición prolongada a este ciclo genera un estado psicológico conocido como "indefensión aprendida".

Tras múltiples intentos fallidos de defenderse, razonar o huir que resultaron en más castigo, la víctima asume que no tiene control sobre su destino y deja de responder, incluso cuando se le presentan oportunidades reales de escape.

Esta parálisis no es señal de consentimiento, sino una respuesta adaptativa de supervivencia ante la percepción de que cualquier acción es inútil.

El agresor refuerza esto despojando sistemáticamente a la víctima de sus herramientas de autonomía, diciéndole que es inútil o incapaz de sobrevivir sola. Aunado a esto, opera el mecanismo del refuerzo intermitente.

Si el agresor fuera cruel el 100% del tiempo, la víctima se iría. Lo que consolida el vínculo traumático es la entrega impredecible de afecto o "migajas" (breadcrumbing).

Al alternar castigos severos con recompensas aleatorias (un día de amabilidad, un regalo inesperado), el cerebro de la víctima libera dopamina ante la recompensa inesperada, creando una adicción bioquímica literal.

La víctima permanece en la relación como un jugador compulsivo frente a una máquina tragamonedas, soportando pérdidas continuas a la espera del próximo "premio" emocional, sin saber que la fase de calma será cada vez más corta y la violencia más severa.

Resumen

Para comprender por qué la víctima permanece, es vital entender que la violencia es cíclica. Comienza con la Acumulación de Tensión, donde la víctima vive ansiosa intentando complacer al agresor para evitar el estallido.

Inevitables, la tensión deriva en la Explosión Aguda, el momento de la agresión física o sexual. Tras el ataque, llega la "Luna de Miel", donde el agresor pide perdón y simula cambios para recuperar la confianza.

Es crucial notar que la violencia es progresiva y suele iniciar contra objetos u entorno. Con el tiempo, la fase de calma y arrepentimiento desaparece, dejando a la víctima atrapada en un bucle continuo de terror.


el ciclo de la violencia modelo de walker

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