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Estrategias para Superar la Procrastinación y el Perfeccionismo

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Estrategias para Superar la Procrastinación y el Perfeccionismo


Los Primos Hermanos del Bloqueo: Procrastinación y Perfeccionismo

La procrastinación y el perfeccionismo son dos de los mayores obstáculos para la productividad y el bienestar, y a menudo van de la mano.

La procrastinación es el acto de aplazar tareas, especialmente aquellas que percibimos como desagradables o difíciles.

El perfeccionismo, por su parte, es la creencia de que cualquier trabajo que realicemos debe ser impecable.

Aunque pueden parecer diferentes, ambos son mecanismos de evitación que nos llevan al mismo resultado: la inacción.

Procrastinamos para evitar el malestar de la tarea en sí, y el perfeccionista procrastina para evitar el malestar de un resultado que podría no estar a la altura de sus estándares inalcanzables.

Reconocer esta conexión es el primer paso para entender que la solución no es trabajar más duro, sino cambiar nuestra relación con el trabajo y con nosotros mismos.

Desmontando el Perfeccionismo: La Tiranía de lo Inalcanzable

El perfeccionismo es una de las causas más insidiosas de la procrastinación.

La aspiración a la perfección no existe en la realidad, lo que convierte cualquier tarea en una fuente de ansiedad.

El miedo a no lograr ese estándar imposible nos paraliza, haciendo que sea más fácil no empezar que enfrentarse a la certeza de un "fracaso" percibido.

El antídoto para esta parálisis es adoptar la mentalidad de "lo suficientemente bueno".

En lugar de aspirar a un 100% inalcanzable, apunta a un 80% sólido y completado.

La clave es simplemente empezar. Tomar el primer paso, por pequeño que sea, rompe la inercia.

A menudo descubrimos que, una vez en movimiento, la tarea es menos intimidante de lo que habíamos imaginado en nuestra mente. Hay que recordar que "hecho es mejor que perfecto".

Un proyecto completado con pequeñas imperfecciones es infinitamente más valioso que un proyecto perfecto que nunca sale de nuestra cabeza.

Combatiendo la Procrastinación: El Arte de Empezar

Cuando nos enfrentamos a una tarea que nos abruma y que estamos aplazando, la estrategia más efectiva es dividirla.

Una tarea grande y vaga como "preparar la presentación" es intimidante.

Sin embargo, si la descomponemos en pasos pequeños y concretos como "1. Investigar el tema, 2.Crear un esquema de diapositivas, 3.Diseñar la primera diapositiva", la barrera para empezar se reduce drásticamente.

Podemos comprometernos a hacer solo el primer paso, que parece mucho más manejable.

Otra técnica poderosa, popularizada por Brian Tracy, es la de "comerse la rana”.

Consiste en identificar la tarea más difícil o desagradable de tu lista y hacerla a primera hora del día.

Al quitarte de encima lo peor al principio, generas una enorme sensación de logro y un impulso que te acompaña durante el resto de la jornada.

El resto de tus tareas parecerán mucho más fáciles en comparación, y evitas que esa "rana" te persiga mentalmente durante todo el día.

La Mentalidad del Progreso, no de la Perfección

En última instancia, superar tanto la procrastinación como el perfeccionismo requiere un cambio de mentalidad fundamental.

Debemos pasar de estar orientados al resultado (perfecto) a estar orientados al proceso y al progreso.

El objetivo no es la perfección, sino el avance. Cada pequeño paso, cada tarea completada, es una victoria.

Al celebrar estos pequeños avances, construimos un ciclo virtuoso de motivación y acción.

La autocompasión también es clave; si un día procrastinamos, no debemos caer en la autocrítica destructiva, sino simplemente reconocerlo y comprometernos a empezar de nuevo al día siguiente.

Al centrarnos en el progreso constante y aceptar la imperfección como parte natural del proceso, liberamos una enorme cantidad de energía mental que antes se gastaba en la ansiedad y la evitación.

Resumen

La procrastinación (aplazar tareas) y el perfeccionismo (necesidad de un resultado impecable) son dos mecanismos de evitación que conducen a la inacción. Reconocer su conexión es el primer paso para cambiar nuestra relación con el trabajo.

El perfeccionismo nos paraliza por el miedo a no alcanzar un estándar imposible. El antídoto es adoptar la mentalidad de "lo suficientemente bueno" y recordar que "hecho es mejor que perfecto", rompiendo la inercia con el primer paso.

Para combatir la procrastinación, descompón las tareas grandes en pasos pequeños y manejables. Otra técnica eficaz es "comerse la rana": hacer la tarea más difícil a primera hora del día para generar un gran impulso de logro.


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