El lenguaje corporal en la productividad
El lenguaje corporal, desempeña un papel fundamental en el arte de la escucha activa. Cuando nos comunicamos, nuestras palabras solo cuentan una parte de la historia. Nuestros gestos, tono de voz y posturas también transmiten valiosa información. Ser conscientes y hábiles en el uso del lenguaje corporal nos permite establecer conexiones más profundas con los demás y enriquecer nuestras relaciones interpersonales.
Cuando nos comunicamos, nuestro cuerpo también habla, y a menudo enviamos mensajes no verbales que complementan o incluso contradicen nuestras palabras. La capacidad de interpretar el lenguaje corporal de los demás y ser consciente de nuestro propio lenguaje no verbal puede mejorar en gran medida nuestra capacidad para escuchar.
Por ejemplo, durante una reunión de equipo, un miembro del grupo nota que su compañero muestra inseguridad al cruzar los brazos y mirar hacia abajo mientras habla. Al ser conscientes de esta señal no verbal, el equipo ofrece apoyo y aliento para que el compañero se exprese con confianza.
La capacidad de leer las señales no verbales en el lenguaje corporal de los demás nos permite comprender sus intenciones y actitudes específicas.
Observar gestos y expresiones faciales puede proporcionar información oportuna sobre cómo se sienten o reaccionan emocionalmente ante lo que están escuchando. Estar atento a estas señales no verbales nos permite captar matices y emociones, enriqueciendo nuestra comprensión de la interacción. Con la práctica, desarrollaremos una mayor empatía y receptividad hacia los demás.
Al ser conscientes de la forma en la que nos comunicamos, adquirimos un mayor control sobre nuestras respuestas y reacciones en diversas situaciones de escucha. Las emociones también pueden manifestarse en la postura, expresiones faciales o tono de voz, lo que nos ayuda a interpretar mejor las señales no verbales de los demás. Comprender esto brinda la oportunidad de regular nuestros sentimientos y mantener una actitud abierta y neutral durante las interacciones sociales.
El lenguaje corporal también puede influir en la percepción que los demás tienen de nosotros. Un lenguaje corporal abierto y transmite confianza y profesionalismo, lo que puede mejorar nuestra credibilidad en el entorno laboral.
Por otro lado, un lenguaje corporal cerrado o negativo puede generar desconfianza y dificultar el establecimiento de relaciones sólidas. Además, el lenguaje corporal puede ayudarnos a identificar señales de incomodidad o falta de comprensión en nuestros interlocutores.
Asimismo, el lenguaje corporal puede complementar y reforzar el mensaje que estamos transmitiendo verbalmente. Por ejemplo, una sonrisa amistosa mientras expresamos agradecimiento pueden hacer que nuestras palabras sean más impactantes para nuestros colegas o clientes.
Es importante tener en cuenta que el lenguaje corporal puede variar según la cultura y el contexto. Ser conscientes de estas diferencias nos permite adaptarnos y ser más efectivos en nuestras interacciones con personas de diversos orígenes.
Para adoptar un lenguaje corporal que demuestre el uso de una escucha activa, es importante prestar atención a los siguientes elementos:
Mirar directamente a los ojos de la persona que habla muestra interés y respeto por lo que están compartiendo. Evitar mirar a otras partes o distraerse con dispositivos electrónicos.
Indicar que estamos escuchando y que coincidimos con las ideas expuestas, mostrando un asentimiento ocasional durante la conversación.
Mantener una postura relajada y abierta ya que muestra disposición para recibir la información.
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