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Elementos para aumentar la productividad. Sé un buen oyente

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Transcripción Elementos para aumentar la productividad. Sé un buen oyente


Ser un buen oyente es una habilidad crucial para aumentar la productividad en nuestras vidas.

Los individuos productivos son buenos oyentes. Aunque no siempre estén de acuerdo con lo que escuchan, han aprendido que si realmente escuchan a las personas, es más probable que estas los escuchen a ellos. Además, al escuchar activamente, se aprenden cosas nuevas y se establecen mejores relaciones interpersonales. Es por ello que la habilidad para ser un buen oyente es fundamental para muchas personas.

Algunas personas pasan gran parte de su tiempo hablando, tratando de expresar sus ideas, opiniones y perspectivas. Muchas veces, estas personas sienten que su punto de vista es el más importante y, por lo tanto, se esfuerzan por ser escuchados por los demás. Sin embargo, ser un buen oyente es igualmente importante, ya que esto puede ayudarnos a ser más productivos en nuestras relaciones personales y profesionales.

Ser un buen oyente puede tener un impacto significativo en nuestra vida personal y profesional. En primer lugar, nos permite comprender mejor las necesidades de los demás, lo que nos hace más efectivos en nuestras relaciones interpersonales. Al escuchar activamente a las personas, podemos entender sus preocupaciones, necesidades y deseos. Esto nos permite establecer relaciones más fuertes y duraderas con los demás.

Además, ser un buen oyente nos permite aprender de las experiencias y conocimientos de los demás. Al escuchar las perspectivas y opiniones de las personas, podemos adquirir nuevos conocimientos y habilidades. Esto puede ser particularmente útil en el trabajo, donde es importante colaborar con colegas y aprender de sus experiencias.

En tercer lugar, ser un buen oyente nos permite ser más eficientes en la resolución de problemas. Al escuchar atentamente a las personas, podemos entender mejor los problemas y encontrar soluciones efectivas. Esto puede ser especialmente importante en el trabajo, donde se requiere resolver problemas a menudo.

Finalmente, ser un buen oyente puede mejorar nuestra propia productividad. Al escuchar atentamente a las personas, podemos evitar malentendidos y errores, lo que nos permite trabajar de manera más eficiente y con menos interrupciones. Además, al escuchar a las personas, podemos obtener información valiosa que nos puede ayudar a mejorar nuestro propio trabajo y aumentar nuestra eficiencia.

Ahora bien, ¿cómo podemos ser un buen oyente? Primero, debemos prestar atención a lo que la otra persona está diciendo. Esto significa concentrarse en la conversación y evitar distraerse con otros estímulos, como el teléfono, la computadora o los pensamientos personales. Al prestar atención, podemos asegurarnos de entender correctamente el mensaje de la otra persona y responder adecuadamente. Otro aspecto importante de ser un buen oyente es mostrar interés en la conversación. Esto significa hacer preguntas, expresar empatía y animar a la otra persona a seguir hablando. Al mostrar interés, podemos fomentar un ambiente de confianza y apertura que permita una comunicación efectiva.


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