Técnicas para lidiar con una audiencia extranjera
Exponer ante una audiencia extranjera es todo un reto para cualquier orador, sobre todo para los que están acostumbrados a tratar con público nacional.
Las propias relaciones que construimos en nuestra vida cotidiana, están basadas en una serie de costumbres e idiosincrasia que nos permiten comunicarnos con mayor facilidad. Cuando presentamos un discurso para una audiencia foránea, podemos encontrarnos con diversos problemas que atentan contra la comprensión y efectividad de nuestro mensaje. Dos de las barreras más comunes al tratar con un público extranjero son el idioma y la cultura.
Durante el desarrollo de la presente sesión, estaremos brindándote una serie de recomendaciones acerca de cómo tratar con estas dos barreras, para poder comunicarnos con el público extranjero con mayor efectividad. Esto te resultará de utilidad si deseas llegar a una audiencia más grande y que tu mensaje se extienda más allá de tu país.
¿Cómo lidiar con las barreras del idioma?
La barrera del idioma es la más común a la hora de enfrentarnos a una audiencia extranjera. Si nuestro público no comparte lenguaje con nosotros, es imposible que podamos comunicarnos de forma efectiva y transmitir un mensaje de utilidad. Por suerte, existen diversos recursos y métodos que podemos utilizar para evadir un poco los problemas que esto representa.
La mayoría de oradores prefiere hacer uso de un profesional que se encargue de traducir el discurso durante la presentación. Si bien este método es probablemente el más eficaz, creemos que es necesario profundizar en algunas recomendaciones para que puedas mejorar la conexión que estableces con el público.
Evidentemente, lo ideal sería que pudieras aprender el idioma de aquellos a los que te dirigirás. No es lo mismo escuchar una segunda voz, que escuchar la voz del propio orador. Las emociones y sentimientos que transmites pueden perderse de forma significativa cuando son interpretadas por otra persona. Claro está, que pretender que la solución esté en dominar el idioma foráneo, se encuentra muy alejado de la realidad. Es por ello que lo más recomendable es que intentes controlar al menos algunas expresiones y palabras de tu discurso en el idioma extranjero.
Aunque expongas en tu propio lenguaje, podrás realizar breves intervenciones en el otro idioma, para que la audiencia foránea pueda conectar más contigo y escuchar tu voz en un primer plano.
Este esfuerzo extra de tu parte es bien recibido y agradecido por los presentes. Aunque el tono, la pronunciación o el acento no sea el adecuado, siempre será mejor que no haber intentado nada.
¿Cómo lidiar con las barreras culturales?
El choque cultural que se genera al enfrentarnos a una audiencia foránea, es otro de los elementos que puede interferir en la calidad de nuestra presentación. Incluso cuando compartimos el mismo idioma con la audiencia, hay expresiones o palabras que cobran un significado especial en cada país.
También influyen las cuestiones religiosas o los hábitos socioculturales de cada nación. Todos estos factores, de no ser tomados en cuenta, pudieran generar conflictos que deriven en una mala percepción de nuestro discurso.
Afortunadamente, esta barrera es un poco más sencilla de derribar que la del idioma. Con la democratización de la información, a raíz de la revolución tecnológica por la que estamos transitando, es muy fácil documentarnos al respecto y reunir los elementos necesarios para confeccionar un discurso que pueda ser comprensible para todos los presentes.
Hoy en día no necesitas visitar un país para conocer su cultura. Si dedicas el tiempo necesario para aprender y recopilar información sobre tu audiencia, podrás llegarles con un mensaje que no genere controversias ni atente contra sus costumbres socioculturales.
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