El control de las emociones en un discurso de jubilación
Exponer un discurso ante una audiencia determinada, por muy sencillo que parezca, puede evocar un estado emocional fuerte en nosotros. Controlar los nervios es esencial durante este tipo de presentaciones, más cuando el acto en si, responde a un ambiente intimo y de confianza.
El discurso de jubilación, es uno de los actos comunicativos donde el orador trabaja con un público, identificado de forma personal con el motivo central del evento. Esto conlleva a que la audiencia se encuentre relajada y prime un sentimiento de confianza entre los presentes. Cualquier estado emocional de nuestra parte, que no sea coherente con el ambiente de la ceremonia, será notado como un elemento que atente contra el normal desarrollo de la misma.
Dicho lo anterior, es importante que nos eduquemos en el control de las emociones antes de enfrentarnos a este tipo de discursos. Para ello, estaremos analizando en la presente sesión, algunas recomendaciones básicas para mantener nuestros nervios controlados durante la exposición de un discurso de jubilación.
Relaciónate con el homenajeado: Uno de los problemas principales, que atentan contra nuestro estado emocional durante la presentación de un discurso de jubilación, es nuestro grado de relación con el homenajeado. Al interactuar con una audiencia que resulta intima para el jubilado, nos ubicamos en una posición de desventaja, ya que somos percibidos como un elemento extraño en la sala.
Es complejo resaltar los valores y resultados de alguien que ni siquiera conocemos. Esto juega en nuestra contra a nivel subconsciente, provocando que afloren los nervios y por ende se afecte la calidad de nuestra presentación.
Una forma efectiva de solucionar este problema, es tomándonos el tiempo necesario para conocer previamente al jubilado. Intercambia con esta persona antes de exponer tu discurso.
Interésate de forma honesta por conocer acerca de cómo ha sido su trabajo durante estos años, cuáles son las impresiones que tiene sobre sus compañeros de trabajo y qué es lo que más extrañará de ellos una vez deje de trabajar. Todos estos datos, además de que se serán de utilidad a la hora de conformar tu discurso, te aportarán cierta calma y confianza en ti mismo durante la presentación.
La idea anterior se aplica a los compañeros y personas más allegadas al homenajeado. Si logras acceder a este círculo de confianza, aunque sea de forma superficial y con elementos básicos, te sentirás más tranquilo a la hora de exponer tu discurso e intercambiar con ellos durante la presentación.
Exprésate desde la naturalidad: Una de las ventajas más grandes de exponer dentro de este tipo de celebraciones, es que el público al que nos dirigimos no busca de nosotros una presentación cargada de formalidades aburridas o poco cercanas al sentimiento general.
Dicho esto, se abre una oportunidad para que nos expresemos con un lenguaje corporal y verbal que denote naturalidad y tranquilidad. Intenta mimetizarte con el ambiente y contágiate de las emociones de los presentes en la sala. Si logras percibir este estado emocional de forma honesta, te será más sencillo expresarte con naturalidad y transmitir un mensaje que impacte de forma efectiva en tu público.
Respecto al lenguaje corporal, es importante que nuestro rostro denote alegría y entusiasmo, siendo así coherentes con el motivo de la celebración. De igual manera, cuidaremos que nuestros movimientos por el escenario sean precisos y con confianza. Piensa que no hay motivo alguno para sentirte nervioso, ya que te encuentras celebrando la culminación del periodo laboral de una persona querida por sus compañeros. Si empatizas y te identificas con los presentes, lograrás sentirte como uno más de la sala.
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