Trastornos de la conducta alimentaria infantil
La cantidad de alimentos que se debe brindar a los niños y las niñas es una de las preocupaciones más frecuentes de los padres y personas encargadas de su alimentación. Esta inquietud, muy positiva, puede en ocasiones resultar exagerada y provocar la aparición de hábitos inadecuados en los niños, como la ingestión excesiva de comida, no acorde con los requerimientos reales.Aunque casi siempre las alarmas de los padres por el niño que no come lo suficiente se sustentan en apreciaciones poco objetivas ─como las comparaciones con lo que comía en otras etapas, o con lo que comen otros niños de su edad, etcétera─, es muy importante que ante la duda se acuda al pediatra lo antes posible, para que valore si detrás de la inapetencia existe algún trastorno de salud.Mientras que las deficiencias de algunos micronutrientes ─de hierro, por ejemplo─ provocan retardos del desarrollo ─especialmente neurológico y cognitivo del niño─, la desnutrición afecta sobre todo el sistema inmune de los niños, lo que los hace muy vulnerables a las enfermedades infecciosas, que cuando se producen con demasiada frecuencia, debilitan cada vez más a los pequeños poniendo en riesgo su vida.
Factores que pueden provocar déficits de peso en los niños
El bajo peso en los niños puede ser provocado por factores ambientales, orgánicos o por la incorrecta relación de los padres, tutores o maestros con el niño.
Factores ambientales
Establecer horarios rígidos para la alimentación durante los primeros cuatro meses de vida. Durante esta etapa, los pequeños manifiestan hambre con un patrón entre las dos horas y media y cuatro horas, este puede variar entre diferentes lactantes, e incluso en un mismo niño a lo largo de su desarrollo. Fijar horarios sin tener en cuenta la demanda del niño ─por ejemplo, las demandas nocturnas─ podría someter a los bebés a un régimen alimentario que no cubra sus necesidades, provocando desnutrición.La introducción tardía ─después de los 7 meses─ de la alimentación complementaria.Efectuar las comidas en ambientes inapropiados. Por ejemplo:
- Faltos de ventilación, iluminación e higiene.
- Presencia de televisores u otros medios audiovisuales que perturben la tranquilidad y relajación adecuada del niño.
Padres o cuidadores despreocupados, que dejan durante las comidas solos a los pequeños, sin la atención adecuada.Cambios frecuentes de maestros, cuidadores o tutores encargados de velar por la alimentación de los pequeños.
Factores orgánicos
- Alteración motriz de la deglución. Esta dificultad, conocida como disfagia, se produce generalmente secundaria a otra condición, como pueden ser las afecciones del sistema nervioso.
- Enfermedad neurológica.
- Enfermedad gastrointestinal.
- Retraso en la introducción de algunos alimentos por sufrir alguna patología.
- Poco apetito intrínseco.
Incorrecta relación de los padres o cuidadores con los niños
- Padres o tutores que fuerzan con agresividad a los niños y niñas para que se coman toda la comida.
- Padres o tutores intolerantes que con frecuencia regañan cuando el niño se ensucia, toca la comida, no tiene buenos modales o se entretiene.
Recomendaciones para ayudar a que los niños suban de peso
Una vez que el pediatra diagnostica que el niño padece bajo peso, orienta a la familia sobre el plan de alimentación a seguir para resolver la situación específica de cada paciente. Dentro de las indicaciones generales que la familia debe tener en cuenta están las siguientes:
Distribuir los alimentos en 6 comidas diarias: desayuno, media mañana, comida, merienda, cena y merienda.
Incluir en todas las comidas una gran variedad de alimentos: carbohidratos saludables ─pan, pastas, cereales, patatas, batatas─, frutas y vegetales, proteínas ─pescados, carnes magras, huevos, granos─, productos lácteos con su grasa ─leche entera, queso, yogur─, grasas saludables ─aceite de oliva, aceites de semillas (soja, girasol, maíz, colza), frutos secos, aguacate.
Para mejorar el contenido calórico y de nutrientes de algunos platos, se les puede añadir grasas saludables o leche. Por ejemplo: a las ensaladas y purés se les puede añadir una cucharada de aceite de oliva u otro aceite de semilla, las frutas se pueden batir con leche y sin añadir azúcar, y las tostadas se pueden ofrecer con aceite, aguacate, queso o mantequilla de cacahuete.
Adecuar el contenido de fibra de la dieta a los requerimientos de la edad, ya que cuando esta se ingiere en cantidades superiores a las recomendadas puede entorpecer la asimilación de los nutrientes. Para poner en práctica esta recomendación tenga en cuenta lo siguiente:
- Brinde solo tres veces por semana legumbres.
- Retire la cáscara de las manzanas y otras frutas.
- No permita que el niño se coma los hollejos de los cítricos ─naranjas, mandarinas y pomelos─.
No ofrecer alimentos que contengan muchas calorías y pocos nutrientes ─bebidas azucaradas, patatas fritas, dulces, chucherías, etcétera─, ya que estos productos, aunque favorecen el incremento de peso, no aportan las cantidades suficientes de vitaminas, minerales y sustancias bioactivas que requiere
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