Alimentación materna postparto
Durante la lactancia, las necesidades nutricionales de la madre son mayores que en cualquier otra fase de su vida, incluso más que durante el embarazo. Esto se debe principalmente al gran esfuerzo metabólico que implica la producción de leche materna.
La madre utiliza tanto los nutrientes de su dieta como las reservas almacenadas en su cuerpo para generar la leche. Por lo tanto, si la dieta carece de ciertos nutrientes, el cuerpo priorizará la calidad de la leche, lo que puede afectar la salud de la madre.
Es fundamental que la madre mantenga una dieta adecuada no solo para su propio bienestar, sino también para asegurar la salud del bebé y prepararse para futuros embarazos.
Cambios metabólicos después del parto
- Los depósitos de grasa acumulados durante el embarazo se movilizan, facilitando la pérdida de peso sin necesidad de dietas estrictas.
- La oxitocina liberada al amamantar provoca sed, lo que ayuda a la madre a mantenerse hidratada sin necesidad de forzar el consumo de líquidos.
- Durante este tiempo, la absorción de calcio mejora y su eliminación disminuye, por lo que una dieta equilibrada puede cubrir todas las necesidades de calcio, reduciendo el riesgo de osteoporosis en el futuro.
¿La lactancia tiene beneficios para la madre?
Sin duda, aquí algunos de los principales beneficios:
- Acelera la recuperación posparto, ayudando a reducir el sangrado y facilitando la contracción del útero.
- Disminuye el riesgo de depresión posparto, especialmente en madres jóvenes.
- Facilita la pérdida de peso sin dietas restrictivas, además, es el único momento en la vida de la mujer en que la grasa acumulada en las caderas se reduce fácilmente.
- Disminuye el riesgo de cáncer de mama y osteoporosis.
- Aumenta la autoestima y fortalece el vínculo emocional entre la madre y el bebé.
Impacto de la dieta materna en la calidad de la leche
La leche materna es el único alimento que necesita un recién nacido durante sus primeros seis meses de vida. Aunque su composición es estable, puede variar según el estado nutricional de la madre, especialmente en relación a estos nutrientes:
- La cantidad de vitaminas y minerales en la leche depende de la ingesta y reservas de la madre. Aunque el lactante tiene reservas de hierro y cobre, la leche debe proporcionar el resto de los nutrientes necesarios.
- Madres con obesidad o bajo peso pueden producir menos leche inicialmente y tener dificultades para mantener la lactancia. Controlar el peso antes, durante y después del embarazo es clave para asegurar una lactancia exitosa.
- El perfil lipídico de la leche materna está influenciado por la dieta de la madre. Se ha relacionado el desarrollo cerebral del bebé con el consumo de ácidos grasos omega-3, presentes en la leche materna cuando la madre consume estos nutrientes.
Recomendaciones alimentarias durante la lactancia
- Es fundamental que la madre tenga una dieta completa y evite dietas muy restrictivas para perder peso.
- Se recomienda dividir las comidas en cinco o seis al día, asegurando un desayuno completo.
- Consumir cuatro porciones diarias de productos lácteos para cubrir las necesidades de calcio.
- Incluir carbohidratos complejos ─como pan integral, cereales, y patatas─ en cuatro de las seis comidas.
- Incluir grasas saludables, como las que se encuentran en pescados grasos, aceite de oliva y aceites de semillas. Se debe limitar el consumo de grasas animales y evitar las grasas trans.
- Verduras, hortalizas y frutas deben estar presentes en cinco de las seis comidas para asegurar una ingesta adecuada de vitaminas, minerales y fibra.
- Consumir proteínas animales en dos comidas al día, optando por carnes magras como pollo o pavo, y pescados como salmón y atún.
- Beber entre dos y tres litros de agua al día, y al menos un vaso después de cada toma de leche.
- Reducir el consumo de sal para evitar la retención de líquidos, que puede provocar hinchazón en los pies.
- Consultar al médico antes de tomar cualquier medicamento, para evitar efectos negativos en el bebé.
- Evitar sustancias tóxicas como drogas, alcohol y tabaco.
- Reducir el consumo de café y té, y evitar infusiones o hierbas medicinales sin recomendación médica.
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