Los Malos Hábitos del Oyente: Filtrar, Descontar y Ensayar Respuestas
El "Filtrador": solo escucha lo que confirma su punto de vista
El primer mal hábito es el del filtrado selectivo. El "Filtrador" es un oyente cuya mente escanea la conversación en busca de puntos de acuerdo.
Mientras el mensaje del interlocutor se alinea con sus propias creencias, presta atención.
Sin embargo, en el momento en que escucha una idea que contradice su punto de vista, su proceso de escucha se detiene.
Su respuesta característica suele empezar con un "sí, pero...", lo que indica que ha dejado de absorber la información del otro y ha comenzado a formular su refutación.
Este hábito impide cualquier diálogo constructivo, ya que el oyente se cierra a la posibilidad de considerar una perspectiva que no sea la suya.
El "Descontador": rechaza el mensaje por no respetar al orador
El segundo mal hábito es el del descuento, que surge cuando el oyente no respeta al orador. En este caso, el problema no es el contenido del mensaje, sino la fuente.
Aunque lo que el orador esté diciendo sea cien por cien correcto y beneficioso, el "Descontador" lo rechazará y lo ignorará por completo, ya sea de forma interna o explícita.
Este comportamiento a menudo se basa en prejuicios, resentimientos personales o sesgos.
Una forma más sutil de este hábito ocurre cuando se descarta un buen argumento simplemente porque el orador no es carismático o elocuente, demostrando que se valora más el estilo que la sustancia.
El "Ensayador": no escucha porque está preparando mentalmente su respuesta
Quizás el mal hábito más común es el del ensayo mental.
El "Ensayador" no está realmente presente en la conversación porque, mientras la otra persona habla, él está ocupado preparando y ensayando mentalmente su próxima intervención.
Su energía cognitiva no se dedica a comprender el mensaje que está recibiendo, sino a pensar en qué va a decir, cómo lo va a decir y en qué momento podrá interrumpir para hacerlo.
Este proceso de "esperar el turno para hablar" bloquea por completo la escucha activa.
Como resultado, el ensayador pierde el hilo de la conversación y termina dialogando únicamente con sus propias ideas, quedando en una dimensión completamente diferente a la de su interlocutor.
El "Pronosticador": asume que sabe lo que el otro va a decir y se adelanta
Finalmente, tenemos al "Pronosticador", un oyente que, por exceso de confianza o aburrimiento, asume que ya sabe hacia dónde se dirige la conversación.
Al escuchar el inicio de una idea, su mente salta muy por delante del orador, prediciendo el final del argumento.
Este oyente llega a una conclusión basada en un mensaje que nunca fue completamente expresado.
Al adelantarse de esta manera, no solo se pierde los matices y detalles importantes del mensaje real.
Sino que a menudo reacciona a una idea que el orador nunca tuvo la intención de comunicar, lo que puede desviar y frustrar por completo el propósito original de la conversación.
Resumen
El "Filtrador" es un oyente que solo escucha lo que confirma su punto de vista. En el momento en que oye una idea que contradice la suya, su proceso de escucha se detiene y comienza a formular su refutación.
El "Descontador" rechaza el mensaje no por su contenido, sino porque no respeta al orador, a menudo por prejuicios o resentimientos. Aunque lo que se diga sea correcto, el mensaje será ignorado por completo debido a su fuente.
El "Ensayador", el hábito más común, no está presente porque mientras el otro habla, él está ocupado preparando su respuesta. Su energía no se dedica a comprender, sino a pensar qué va a decir a continuación.
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