Las Consecuencias de un Modelo Erróneo en la Vida Cotidiana
Cómo el modelo informático genera relaciones impositivas y autoritarias
Cuando un individuo opera bajo el paradigma de "emisor-mensaje-receptor", asume que su única responsabilidad es transmitir información de manera clara y directa.
Este enfoque, diseñado para máquinas, elimina la necesidad de crear un entendimiento mutuo.
Si el "receptor" no comprende o no actúa en consecuencia, el "emisor" considera que el fallo está en el otro, no en el proceso.
Esta dinámica genera inevitablemente relaciones impositivas y autoritarias.
El emisor, al creer que su mensaje es un dato objetivo y completo, no ve la necesidad de dialogar, negociar o considerar la perspectiva del interlocutor.
Simplemente "envía la orden" y espera que se cumpla, convirtiendo la interacción en un acto de poder unilateral en lugar de un esfuerzo colaborativo.
Impacto en la familia, el trabajo y la educación
Las consecuencias de este modelo se manifiestan de forma tangible y perjudicial en todos los ámbitos de nuestra vida.
En el entorno familiar, fomenta la aparición de padres que imponen reglas sin explicación y cónyuges que dan órdenes en lugar de construir acuerdos.
En el ámbito laboral, da lugar a jefes autoritarios que gestionan mediante mandatos y no a través del liderazgo y la motivación.
En el sistema educativo, este paradigma sustenta a profesores verticales que se limitan a transmitir datos de forma unidireccional, sin fomentar el pensamiento crítico ni la participación activa del estudiante.
Esta visión se extiende a todas las relaciones, pudiendo crear desde amistades controladoras hasta una ciudadanía que percibe a sus gobernantes como entidades tiránicas que solo emiten decretos.
El origen de las barreras comunicativas y los malentendidos
A menudo creemos estar siendo completamente claros, pero el mensaje no llega como esperábamos, generando confusión.
El modelo informático es la causa principal de esta frustración, ya que ignora por completo la existencia de barreras comunicativas.
Este enfoque asume un canal limpio y un receptor neutro, algo que no existe en la interacción humana.
No tiene en cuenta las barreras emocionales (como el estrés o la ansiedad), las culturales (diferencias de valores y costumbres) o las psicológicas (experiencias previas) que pueden distorsionar o bloquear por completo el mensaje.
Al no ser conscientes de estas barreras, no aplicamos estrategias para superarlas, lo que convierte los malentendidos no en una posibilidad, sino en una inevitabilidad.
La necesidad de un nuevo paradigma para relaciones más sanas
Las dinámicas autoritarias, los conflictos constantes y los malentendidos generalizados son síntomas claros de que el modelo de comunicación basado en la simple transmisión de información ha fracasado.
Para construir relaciones más sanas, funcionales y efectivas, es imperativo adoptar un nuevo paradigma.
Este nuevo enfoque debe abandonar la idea de una transmisión lineal y abrazar la comunicación como un proceso circular y colaborativo.
Debe centrarse en la creación de un significado compartido, la escucha activa, la empatía y la conciencia de las múltiples barreras que pueden interferir.
Solo al reconocer la complejidad de la interacción humana y al equiparnos con las herramientas adecuadas, podemos aspirar a superar los patrones de conflicto y construir vínculos más fuertes y auténticos en todas las áreas de nuestra vida.
Resumen
Cuando un individuo opera bajo el paradigma emisor-receptor, asume que su única responsabilidad es transmitir la información de forma clara. Si el otro no entiende, considera que el fallo está en el receptor, generando relaciones impositivas.
Este modelo se manifiesta en todos los ámbitos, fomentando jefes autoritarios que gestionan mediante mandatos, no con liderazgo. También sustenta a profesores que transmiten datos de forma unidireccional, sin fomentar el pensamiento crítico del estudiante.
Este enfoque ignora las barreras comunicativas emocionales, culturales o psicológicas que pueden distorsionar o bloquear el mensaje. Para construir relaciones sanas, es imperativo adoptar un nuevo paradigma centrado en la creación de un significado compartido.
las consecuencias de un modelo erroneo en la vida cotidiana