La Posición [Yo estoy bien, tú no estás bien] (Perseguidor)
La posición "Yo estoy bien, tú no estás bien" es característica del perseguidor, un perfil que busca el control y la dominación sobre los demás.
Este tipo de persona tiene una mentalidad egocéntrica y solo se preocupa por lo que puede beneficiarlos a ellos mismos, sin considerar cómo sus acciones afectan a los demás.
Su enfoque se basa en la desconfianza, el desinterés por la cooperación y una clara intención de ganar a expensas del otro.
La búsqueda de control a través de la crítica
El perseguidor a menudo manifiesta su necesidad de control a través de la crítica, el menosprecio y la insatisfacción constante.
En el ámbito profesional, pueden ser gerentes tiránicos que delegan cargas de trabajo imposibles y se niegan a dar crédito a sus subordinados.
En las relaciones personales, pueden ser parejas que constantemente hacen sentir a la otra persona que nunca son lo suficientemente buenos.
Este comportamiento se debe a que su bienestar emocional está externalizado, es decir, su satisfacción depende de que la realidad se ajuste a sus expectativas.
Cuando no es así, se sienten frustrados y enojados.
El uso de la manipulación y la culpa
Para conseguir lo que quieren, los perseguidores utilizan una serie de tácticas de manipulación.
Recurren al chantaje emocional, la culpa, las amenazas y el "tratamiento silencioso" para obligar a los demás a cumplir con sus necesidades.
Su creencia fundamental es: "Si me amas o te preocupas por mí, debes hacer todo lo que te pido para hacerme feliz".
Esta mentalidad de "yo estoy bien, tú no estás bien" les da el derecho de rechazar, culpar y castigar a la otra persona cuando esta no cumple con sus expectativas.
El origen del perfil del perseguidor
La personalidad del perseguidor a menudo se origina en una crianza donde no se establecieron límites saludables.
Si la persona fue castigada por no cumplir con las expectativas de sus padres o se le negó el afecto cuando intentaba expresar su enojo, puede haber internalizado la idea de que debe controlar a los demás para obtener lo que necesita.
De este modo, en sus relaciones adultas, buscan parejas o amigos que encajen en el perfil del complaciente o del salvador, perpetuando un ciclo de abuso y control.
Resumen
La posición del perseguidor se basa en la necesidad de control y dominación. Este perfil egocéntrico solo se preocupa por lo que le beneficia, sin considerar cómo sus acciones afectan a los demás. Su enfoque se basa en la desconfianza y la falta de empatía.
El perseguidor manifiesta su control a través de la crítica, el menosprecio y la insatisfacción constante. Para conseguir lo que quiere, recurre a la manipulación, el chantaje y la culpa. Su creencia es que si lo aman, deben hacer lo que pide.
La personalidad del perseguidor a menudo se origina en una crianza sin límites. Buscan parejas o amigos que encajen en el perfil del complaciente, lo que perpetúa un ciclo de abuso y control en sus relaciones adultas.
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