Transcripción El ciclo de comer emocional
El acto de alimentarse no sólo aporta los nutrientes y las energías necesarias para mantener la salud, sino que constituye un elemento muy importante del sistema emocional, evidenciándose desde muy temprano en la vida, cuando, por ejemplo, la madre consuela al hijo dándole el pecho. Asimismo, a cualquier edad las personas continúan utilizando el acto de beber o comer, para consolarse, atenuar la tristeza o simplemente para alejar el aburrimiento.
Nuestros comportamientos respecto a la conducta alimentaria debemos aprender a regularlos, teniendo en cuenta no sólo la cantidad y la calidad de nutrientes que aportan los alimentos, sino también a través del conocimiento y manejo de nuestras emociones, aspecto que incide directamente en nuestra alimentación.
El hambre fisiológica: Es el hambre provocada por los grandes estímulos que ejercen ciertas sustancias sobre nuestro cerebro, cuando nuestro organismo requiere ingerir alimentos para mantener activos los procesos internos. Por ejemplo, cuando la concentración de glucosa en sangre es muy baja, se estimula al hipotálamo lateral y produce estímulos que nos obligan a comer.
La saciedad: Es la percepción que tiene el cuerpo humano de no tener necesidad inmediata de ingesta de alimentos. Se produce cuando algunas señales estimulan al hipotálamo, haciéndonos sentir satisfecho o llenos.
Los gustos personales: Los gustos personales están influenciados fundamentalmente por los tres factores siguientes:
- Los patrones dietéticos del país, región, etc. Por ejemplo los asiáticos, comen mucho arroz, los mexicanos maíz, etc.
- Las tradiciones culturales o religiosas de la familia, por ejemplo: ¿Qué suelen comer en las celebraciones?; ¿Qué recomiendan comer a las recién paridas?, etc.
- Los criterios personales, formados a partir del nivel cultural, las relaciones interpersonales, etc. Por ejemplo, puede preferir las dietas muy variadas en lugar de las dietas copiosas; o comer pescados en lugar de carne de aves.
El hombre debe alimentarse según las necesidades fisiológicas del organismo.
La alimentación debe realizarse según las necesidades fisiológicas del organismo, ya que dependiendo del estilo de vida que practique el sujeto, el organismo adapta su forma de alimentarse. Por ejemplo, un leñador y un operador de un ordenador, después de tres o cuatro horas de actividad, no sienten el hambre con igual intensidad, ni necesitarán los mismos alimentos ni las mismas cantidades para saciarse.
Relación entre emoción y alimentación.
La emoción: Es un sentimiento muy intenso de alegría o tristezas producidas por un hecho, un recuerdo o una idea. Las emociones básicas son 6: La sorpresa, el asco, la tristeza, la ira, el miedo y la alegría o felicidad.
Las emociones positivas o agradables: Son aquellas que entregan tranquilidad y bienestar al individuo, entre ellas tenemos la alegría o felicidad y la euforia.
Las emociones negativas o desagradables: Son aquellas que ocasionan malestar, ansiedad y preocupación al individuo. Ejemplos: La tristeza, el enojo, y la impaciencia.
La relación entre emociones y alimentación no es simple, los estados emocionales y de ánimo pueden influir en la conducta alimentaria, y a su vez la alimentación puede modificar las emociones y los estados de ánimos.
El comer emocional.
Es la ingestión de alimentos, como forma de afrontar las emociones, sin existir hambre fisiológica (necesidades biológicas de nutrientes). O sea, es una manera que tienen las personas de refugiarse en la comida cuando están estresadas, tristes, solas, aburridas, o sienten inquietud, miedo, etc.; y también por el efecto de emociones positivas como la euforia, el romanticismo, etc.
El comer emocional se comienza a educar desde el nacimiento, cuando se pone a mamar al bebe para que comience a alimentarse y al mismo tiempo, sienta placer, cariño, protección; empezando así a establecerse una relación estrecha entre los sentimientos de inseguridad, miedo, etc. con el acto de comer.
Este proceso de aprendizaje sigue fortaleciéndose, cuando el niño es asistido y alimentado por la madre, al llorar por hambre, o por otro malestar; cuando se premia a los pequeños con golosinas y también cuando se brindan alimentos y bebidas favoritas en celebraciones familiares.
Elementos que favorecen el comer emocional:
- Mientras comemos, todos los demás problemas pasan a un segundo plano, esto provoca que la tensión emocional se disipe en algún grado y el individuo se sienta mejor.
- Por otra parte, algunos alimentos tienen determinadas sustancias que cuando se asocian a otros alimentos producen la sensación de bienestar y relajación. Por ejemplo el chocolate.
Diferencias entre el hambre fisiológica y el hambre emocional.
Hambre fisiológica:
- Surge gradualmente.
- Se puede satisfacer con cualquier alimento.
- Te sientes satisfecho después de ingerir la cantidad necesaria de alimentos.
- Al terminar de comer te sientes relajado.
Hambre emocional:
- Sientes la necesidad urgente de comer.
- Prefieres comer determinadas cosas, por ejemplo pizzas, caramelos o helados.
- Comes más de lo normal porque no te sientes satisfecho.
- Al terminar de comer afloran sentimientos de culpa.
Ciclo del comer emocional
comer emocional