Si no eres tú, no puedes compartirlas. Prevención contra la distribución no consentida de
El Foco en el Receptor: Romper la Cadena de Difusión
La mayoría de las campañas de prevención del sexting se centran erróneamente en la víctima: "No te hagas fotos", "No las envíes".
Sin embargo, el problema real no es la creación de la imagen, sino su difusión no consentida.
La campaña "Si no eres tú, no puedes compartirlas" cambia el foco del creador al receptor.
El mensaje es claro: en el momento en que recibes una imagen íntima de otra persona, tú no tienes ningún derecho sobre ella.
El protagonista de la foto es el único dueño de su imagen y el único que puede decidir quién la ve. Esta perspectiva responsabiliza a los observadores y receptores.
Compartir esa imagen, aunque sea "solo a un amigo" o "en un grupo privado", te convierte en cómplice de un delito y en un agresor directo.
La prevención eficaz se basa en enseñar a los menores que la respuesta correcta al recibir este material es borrarlo inmediatamente y, si es posible, avisar a la persona afectada o a un adulto.
Consecuencias Legales del Reenvío (Complicidad)
Es fundamental que los menores entiendan las graves consecuencias legales de reenviar contenido íntimo de terceros.
En muchas legislaciones, la difusión no consentida de imágenes o vídeos de carácter sexual o íntimo es un delito contra la intimidad y la propia imagen (tipificado como "descubrimiento y revelación de secretos").
Lo crucial es que la ley no solo castiga al que inicia la difusión (por ejemplo, la ex pareja), sino a toda la cadena que, conociendo su origen ilícito, la reenvía.
Un menor que recibe la foto y la pasa a su grupo de WhatsApp está cometiendo el mismo delito que quien la difundió originalmente. La excusa "yo solo la recibí y la pasé" no exime de la responsabilidad penal.
La ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento, y las consecuencias pueden incluir multas elevadas, medidas de libertad vigilada e incluso antecedentes penales.
El Impacto en la Víctima: La Revictimización Continua
La frase "Si no eres tú, no puedes compartirlas" también apela a la empatía. Cada vez que la imagen es reenviada, la víctima es revictimizada.
Para el que la comparte, es un "clic" morboso de un segundo; para la víctima, es una humillación pública que se reactiva una y otra vez, impidiendo que la herida cicatrice.
La víctima pierde el control de su vida, sufre ansiedad severa, depresión y puede llegar a tener ideación suicida.
El que comparte la imagen está participando activamente en la destrucción de la salud mental de un compañero.
Entender que ese "simple reenvío" es un acto de violencia directa es clave para la prevención.
El objetivo es cambiar la cultura del grupo: pasar del morbo y la complicidad a la desaprobación social del difusor.
Resumen
Esta campaña cambia el foco de la prevención: en lugar de culpar a la víctima por crear la foto, responsabiliza al receptor. Si la imagen no es tuya, no tienes derecho a compartirla
El que reenvía una foto íntima de un tercero está cometiendo un delito contra la intimidad. La ley castiga a toda la cadena de difusión, no solo al que la filtró originalmente
Cada reenvío es un acto de violencia que revictimiza a la persona afectada, causándole un daño psicológico severo. La prevención busca que el grupo desapruebe socialmente a quien comparte ese material
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