El papel de los padres frente al bullying
Prevención: Crear un Canal de Comunicación Abierto
El papel más importante de los padres frente al acoso es el de la prevención, y esta se construye sobre la comunicación.
Los padres deben cultivar un entorno de confianza desde la primera infancia, donde el niño se sienta seguro para hablar de sus miedos y fracasos sin temor a ser juzgado, castigado o minimizado.
Esto no se logra con un interrogatorio diario ("¿Qué tal el cole?"), sino mostrando un interés genuino por su mundo: sus amigos, sus juegos, sus preocupaciones.
Este canal de comunicación abierto es el "sistema de alerta temprana" más eficaz.
Un niño que está acostumbrado a hablar de sus problemas con sus padres, es infinitamente más propenso a confesar una situación de acoso en sus etapas iniciales.
Si, por el contrario, el niño solo recibe atención por sus éxitos (notas) o es castigado por sus fallos, aprenderá a ocultar su vulnerabilidad, permitiendo que el acoso se cronifique.
Modelar la Empatía y la Asertividad
Los padres son los primeros y más influyentes maestros de habilidades sociales.
El bullying es, en esencia, un fallo en la empatía (por parte del agresor) y, a menudo, en la asertividad (por parte de la víctima).
Los padres deben modelar activamente la empatía: mostrar compasión por los demás, hablar de los sentimientos (propios y ajenos) y enseñar a sus hijos a ponerse en el lugar del otro.
Un niño criado en la empatía tendrá menos probabilidades de ser un agresor o un observador pasivo.
Al mismo tiempo, deben enseñar asertividad, que es el equilibrio entre la pasividad y la agresividad.
Un niño asertivo sabe defender sus derechos y expresar su malestar con calma pero con firmeza, sin recurrir a la violencia ni a la sumisión.
Esto se enseña en casa, permitiéndoles expresar desacuerdo de forma respetuosa y validando su derecho a decir "no".
Educar en la Tolerancia y el Valor de la Diferencia
El acoso escolar se ceba con lo "diferente". Los agresores buscan una característica (gafas, peso, origen, gustos, altas capacidades) para justificar su ataque.
El papel de los padres es desactivar esta justificación educando activamente en la tolerancia y el valor positivo de la diversidad.
En el hogar se debe hablar con naturalidad y respeto sobre las diferentes culturas, tipos de familia, capacidades físicas e intelectuales y orientaciones sexuales.
Si los padres usan un lenguaje despectivo, hacen chistes sobre minorías o critican a quienes no encajan en su "normalidad", están entregando munición ideológica al acoso.
Por el contrario, un hogar que celebra la diversidad forma niños que no solo son menos propensos a acosar, sino que están más preparados para ser defensores de sus compañeros.
Resumen
El rol preventivo de los padres es clave, creando un canal de comunicación abierto y seguro. El interés genuino por la vida del niño permite detectar problemas antes de que se agraven
Los padres deben ser modelos de habilidades sociales, enseñando empatía y asertividad. La empatía previene la agresión, y la asertividad da herramientas a la víctima para defenderse sin violencia
Es fundamental educar en la tolerancia y el valor de la diversidad. Un hogar que respeta lo diferente inmuniza al niño contra la mentalidad del acoso, que se basa en atacar al "distinto"
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