Consejos para padres
Fomentar la Autoestima Basada en el Ser, no en el Hacer
Un consejo fundamental para los padres, tanto en la prevención como en la intervención, es construir la autoestima de sus hijos sobre cimientos sólidos.
En nuestra sociedad, tendemos a elogiar los resultados: "Qué buena nota", "Qué bien jugaste el partido", "Qué dibujo tan bonito".
Este refuerzo, aunque positivo, condiciona la autoestima al "hacer" (al éxito). Si el niño falla, su autoestima se resiente. Los padres deben centrar sus esfuerzos en reforzar el "ser".
Esto significa elogiar el esfuerzo ("He visto cuánto te has esforzado en ese examen"), la resiliencia ("Me encanta cómo te has levantado después de caerte"), la empatía ("Ha sido muy amable de tu parte compartir eso") y el carácter.
El mensaje debe ser: "Te quiero y te valoro por quién eres, incondicionalmente, no por lo que logras".
Un niño con una autoestima basada en el "ser" es menos vulnerable a los ataques del acosador (porque su valor no depende de la opinión externa) y menos propenso a ser acosador (porque no necesita humillar a otros para sentirse valioso).
Establecer Límites Claros y Coherentes
Los niños necesitan y buscan límites para sentirse seguros. Un "no" a tiempo es una forma de protección. Los padres deben establecer normas claras, razonables y coherentes en casa.
Esto se aplica tanto al comportamiento ("En esta casa nos tratamos con respeto, no se grita ni se insulta") como al uso de la tecnología (horarios, aplicaciones permitidas).
La coherencia es clave: si ambos padres no están de acuerdo o si la norma se aplica solo a veces, el niño aprende a manipular los límites.
Esta estructura en el hogar enseña el principio de responsabilidad: toda acción tiene una consecuencia.
Si el niño aprende en casa que romper una norma (ej. no hacer sus tareas) tiene una consecuencia lógica (ej. perder tiempo de ocio), entenderá mejor que romper las normas sociales en el colegio (ej. acosar) también tendrá consecuencias.
Un hogar sin límites o, por el contrario, un hogar excesivamente autoritario, genera niños frustrados o agresivos que replican esos patrones fuera.
Ser un Modelo de Gestión Emocional y de Conflictos
Los padres son el espejo en el que se miran sus hijos. El consejo más importante es "practicar lo que se predica".
De nada sirve dar un sermón sobre la empatía si, cinco minutos después, el niño nos ve gritando a otro conductor en un atasco o criticando despectivamente a un vecino.
Los niños no aprenden de lo que les decimos, sino de lo que hacemos. Los padres deben ser un modelo de inteligencia emocional.
Esto significa verbalizar sus propios sentimientos ("Hoy estoy frustrado por el trabajo"), mostrar cómo gestionan esa frustración de forma saludable (dando un paseo, hablando) y cómo resuelven los conflictos familiares (con diálogo, negociación y disculpas sinceras).
Un niño que ve a sus padres pedirse perdón mutuamente aprende que equivocarse es humano y que reparar el daño es posible.
Este es el antídoto más poderoso contra la cultura del acoso.
Resumen
Fomente la autoestima de su hijo basada en el "ser", no en el "hacer". Elogie su esfuerzo, su bondad y su carácter, no solo sus éxitos, para que su valor no dependa de la aprobación externa
Establezca límites y normas claras, coherentes y razonables en casa. Esto da seguridad al niño y le enseña que sus acciones tienen consecuencias, una lección vital para la convivencia social
Sea el mejor ejemplo. Los niños aprenden observando cómo los adultos gestionan su frustración y resuelven conflictos. Modele la empatía, el diálogo y la disculpa en el día a día
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