Causas por las que los niños hacen bullying o acoso escolar
Búsqueda de Estatus y Poder Social
Una de las motivaciones más comunes detrás del comportamiento del acosador no es la inseguridad, como popularmente se cree, sino más bien una búsqueda calculada de dominio y estatus social.
El agresor utiliza la intimidación como una herramienta para escalar en la jerarquía social del grupo.
Al seleccionar a una víctima y someterla públicamente, envía un mensaje al resto de sus pares: "Yo soy fuerte y tengo el control".
Los observadores, al reaccionar con miedo o con risas (refuerzo), validan su posición de poder.
Este tipo de agresor suele tener habilidades sociales, pero las utiliza de forma manipuladora.
No acosa por falta de autoestima, sino para reforzar una autoestima narcisista y ser percibido como "popular" o "líder".
En este modelo, la agresión es un medio para un fin: mantener su popularidad y asegurarse de que nadie se atreva a desafiar su posición.
La víctima es simplemente un instrumento para demostrar su poder ante la audiencia del grupo.
Carencias Personales y Proyección de la Ira
En contraposición al modelo anterior, existe otro perfil de agresor que sí actúa motivado por carencias personales profundas. Estos menores pueden estar proyectando sus propias frustraciones, ira o dolor.
A menudo, el agresor es, a su vez, víctima de violencia o de un entorno familiar disfuncional, autoritario o negligente.
Han aprendido que la violencia es una forma válida de gestionar conflictos o de obtener atención.
En estos casos, el acoso es un mecanismo de defensa y una liberación de su propia angustia.
Eligen a víctimas que perciben como más débiles porque les permite sentir un control que no tienen en otras áreas de su vida.
Además, pueden tener una baja tolerancia a la frustración y una empatía muy poco desarrollada.
No son capaces de conectar con el sufrimiento que están causando, o incluso lo disfrutan sádicamente, porque les proporciona un alivio temporal a su propio malestar interno.
La Influencia del Entorno y la Normalización de la Violencia
El acoso escolar no ocurre en el vacío; es un síntoma de un entorno que lo permite o incluso lo fomenta.
Una causa fundamental es la normalización de la violencia en el contexto del menor.
Si el niño está expuesto a modelos de agresión en casa (violencia intrafamiliar), en los medios de comunicación o en los videojuegos que consume, puede interiorizar que la intimidación es una forma aceptable de relacionarse.
Además, la cultura del propio centro escolar es determinante.
Si la escuela tiene una política laxa contra el acoso, si los profesores minimizan las agresiones como "cosas de niños" o si no hay una supervisión adecuada en los espacios comunes (patio, pasillos, baños), se crea un caldo de cultivo perfecto.
El agresor percibe que sus acciones no tendrán consecuencias, lo que refuerza su comportamiento.
La presión de grupo y el deseo de encajar en una subcultura violenta también pueden empujar a un menor a participar en el acoso.
Resumen
Una causa principal del acoso es la búsqueda de poder y estatus social. El agresor utiliza la intimidación para escalar en la jerarquía del grupo, demostrando dominio y reforzando su popularidad
Otra motivación proviene de carencias personales. El acosador puede ser víctima de violencia en casa y proyecta su ira y frustración en otros, ejerciendo control sobre los más débiles
El entorno es clave: la normalización de la violencia en medios o familia, y la pasividad del centro escolar, crean un entorno donde el agresor siente que sus actos no tendrán consecuencias
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