La nutrición holística plantea la meta de acercarnos a un estilo de vida saludable, donde confluya en armonía el bienestar físico y mental. Si bien, la definición de saludable puede llegar a resultar algo confusa, hoy contamos con algunos conceptos que nos acercan a lo que deberíamos entender como saludable, siempre desde una visión integral que tome en cuenta al cuerpo como un todo.
A continuación analizaremos algunos aspectos básicos que te pueden resultar de interés cuando decidas emprender un estilo de vida saludable.
Saludable no es una definición ambigua como muchos pueden pensar, contamos con estudios científicos que trabajan sobre patrones medibles y cuantificables, por ende lo lógico es potenciar las variables que nos acercan al resultado que queremos lograr. La organización mundial de la Salud, por sus siglas OMS, ha definido el concepto de saludable como ese estado de bienestar físico general, que abarca sectores como la salud mental, psíquica y social, no limitándose a la ausencia de enfermedades. Por lo que no consideraríamos a una persona como “saludable” solo porque no presente una enfermedad tradicional en su organismo.
Dicho esto, un estilo de vida saludable es aquel que nos permite vivir una vida donde nuestros patrones e interacciones con el medio que nos rodea contribuyan de forma activa al mantenimiento de la salud en los diversos sectores antes señalados.
La nutrición y los ejercicios son dos de los factores fundamentales en el mantenimiento de un estilo de vida saludable. Nuestro bienestar físico se encuentra notablemente afectado por lo que ingerimos y el nivel de desarrollo de nuestra actividad física. No obviamos que muchas personas poseen enfermedades que lamentablemente escapan a su comportamiento o actitud ante la vida, pueden ser genéticas o adquiridas de forma casual, siendo así que su alimentación o actividad física no sea la causa de estos padecimientos, pero incluso en estos casos, un cambio de estilo de vida puede ser suficiente para paliar de forma significativa los efectos producidos por los mismos.
Usted puede sufrir una diabetes o un problema estomacal severo, fruto de su genética. Realizando algunos cambios en lo que come puede trabajar en su sensibilidad a la insulina o en la inflamación estomacal, obteniendo mejoras en el comportamiento de estas enfermedades. Es por ello que la alimentación y los ejercicios son utilizados como tratamientos médicos de la misma forma que usamos los medicamentos para estos fines.
Alimentándose correctamente y manteniendo una rutina de ejercicios activa se puede prevenir la aparición de disímiles enfermedades cardiovasculares, controlar el colesterol, disminuir los triglicéridos, mejorar la estructura ósea-muscular y disminuir la aparición de problemas cerebrovasculares. El entrenamiento adecuado influye en cada aspecto del organismo, extiende la vida, mejorar nuestras capacidades físicas y motoras.
La salud mental es aquel estado de bienestar emocional y psíquico que nos permite disfrutar de nuestro entorno de forma placentera, donde nuestras emociones y estado de ánimo están acorde a una autoestima alta. El ejercicio ha demostrado ser un factor clave para trabajar la depresión y la ansiedad. Permite combatir la hiperactividad, mejora el estado anímico y permite conciliar el sueño con mayor facilidad.
Se puede decir que hacer ejercicios es la forma natural más efectiva para mantener sana nuestra mente. El sistema neurológico se beneficia de los estímulos sanguíneos que se producen al ejercitarnos. Diversos estudios científicos resaltan los aportes que tiene el realizar ejercicios en la prevención de enfermedades como el Alzheimer
Dicho todo esto, nutrición y ejercicios van de la mano de un estilo de vida saludable, incidiendo en todos los aspectos de la salud humana. Si trabajamos correctamente en mantener una dieta saludable y una rutina de ejercicios activa, podemos acercarnos a nuestras metas con mayor facilidad.
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