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¿qué debemos evitar en la comunicación con los hijos?

2024-04-05


¿qué debemos evitar en la comunicación con los hijos?

Brindar amor, cuidado y protección a nuestros hijos es un deseo legítimo y necesario que nos llena de satisfacción, pero a veces, al encargarnos de ese ser indefenso que llega a nuestra vida, sobrepasamos los límites saludables al satisfacer sus necesidades, pasando entonces a ser controlados por los niños que tanto amamos, quienes se convierten en astutas criaturas que buscando la autocomplacencia amenazan con destruir la paz del hogar; toca entonces a los padres reconducir la situación y, con inteligencia, llevar la crianza de los hijos a puerto seguro.

La casa como campo de batalla

Casi todas las personas desarrollan la tendencia a evitar los errores al considerarlos como algo negativo en nuestra vida, ignorando el punto de vista de ver en el error una oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal, y eso hace que muchos padres, intentando evitar que sus hijos se equivoquen, cometan en el proceso de comunicación con ellos, acciones que terminan debilitando su personalidad en formación.

Cuando los hijos crecen en un entorno donde la violencia verbal, las discusiones y el enfado, los gritos y las ofensas predominan sobre la razón, solo se consigue acentuar las actitudes negativas que se intentan borrar. El enfado y los gritos solo expresan la impotencia de los padres al no poder controlar la actitud negativa de los hijos, haciéndoles experimentar resentimiento y vergüenza; entonces, deseando tomar el control.

Los padres utilizan recursos como:

  • La amenaza.
  • La comparación.
  • La culpa.
  • El regaño.

Con estos recursos, los padres pretenden buscar fallas en el comportamiento de los hijos o hacerles ver que les pueden imponer castigos y consecuencias cuando no actúan correctamente. También señalan las diferencias entre un niño y otro, y de esta manera anulan la energía de los hijos que crecen con sentimientos de inferioridad. Pero estos modos de gestionar la comunicación con los hijos implican el riesgo de que finalmente se conviertan en niños dóciles y obedientes o en niños rebeldes y desafiantes.

Controlar para evitar errores

Cuando los padres, mediante la comunicación, pretenden controlar el comportamiento de los hijos y evitar errores en la vida futura de ellos, a veces usan maneras más sutiles, intentando mantener la paz en el hogar.

A estas gestiones se les llama:

  • Flotar: Se refiere a los padres que están todo el tiempo encima de cada movimiento de los hijos, limitando su espacio físico y emocional y anulando sus iniciativas.
  • Simpatizar: Se refiere a la actitud de los padres de mostrar lástima por algún momento de tensión que esté viviendo el niño, como la etapa de exámenes o prepararse para un concurso, por ejemplo, en lugar de mostrar empatía, que es expresarle que entiende por lo que está pasando, y estimularle para que se anime y tome acción.
  • Arreglar: Consiste en resolver por el niño sencillas tareas cotidianas, como tender su cama, recoger su cuarto, hablar con algún maestro por una situación concreta, convirtiéndose en un ser dependiente.
  • Rescatar: Tiene que ver con la intervención de los adultos para evitar que los niños enfrenten determinadas consecuencias provocadas por sus acciones o elecciones.
  • Flip-flopping: Se refiere a cuando los padres quitan límites de comportamiento que antes se habían puesto, debilitando así la estructura en que se apoya la disciplina de los niños.
  • Catering: Consiste en el modo complaciente de atender a todos los caprichos del niño, pensando que de esa manera será más feliz.
  • Súplica: Es el modo de que se valen algunos padres para conseguir obediencia de los niños.
  • Soborno: Es cuando los padres pretenden que los niños cumplan con sus tareas para obtener a cambio algo que se les promete, siendo estas tareas parte de sus obligaciones diarias, lo cual crea en los hijos un falso concepto de la responsabilidad.
  • Ceder: Cuando el niño logra lo que desea mediante quejas y lloriqueo, logrando que los padres pierdan la paciencia y se quieran librar de esas molestas acciones, otorgando lo que los hijos desean.
  • Evitar: Es cuando los padres desaparecen totalmente por sentirse abrumados e inseguros con la cantidad de necesidades que implica la crianza de los hijos, negándoles así su apoyo y orientación.

Comunicándonos para educar

Cuando los hijos crecen con una correcta comunicación con los padres, logran conformar una personalidad madura que los prepara para asumir retos nuevos, con una autoestima saludable y seguridad en sí mismos. Durante toda la infancia, los padres deben garantizar una comunicación de calidad basada en escucharlos con atención, sin interrumpirlos innecesariamente, logrando que se sientan apreciados como seres singulares y valiosos; aportando orientación, pero evitando hablar en exceso y con respeto.

Siempre que los hijos sientan que sus ideas y sentimientos son respetados por los padres, crecerán con una actitud de respeto hacia los criterios de los demás, lo que sentará buenas bases para sus relaciones en el futuro. No cabe duda alguna de que la comunicación es la base del acompañamiento necesario para los hijos, porque a través de la comunicación los padres transmiten su ejemplo y comparten amor y valores útiles para toda la vida.