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El sueño y el ejercicio físico

Realizar actividad física es uno de los mejores mecanismos para conciliar el sueño con facilidad. Son muchos los beneficios que tiene el ejercicio físico en nuestra salud mental y física, entre estos beneficios debemos incluir, sin lugar a dudas, los relacionados a la calidad del sueño.


Velar por nuestro descanso es a la vez cuidar nuestra salud y prevenirnos de la aparición de disímiles enfermedades que atentan contra nuestra calidad de vida, ya que la ausencia del sueño es uno de los factores de riesgos más comunes en diversas enfermedades crónicas.


La actividad física es adaptable a todo tipo de personas, independientemente de cuáles sean tus particularidades o qué tiempo libre poseas, te será posible incorporar algo de ejercicio durante tus rutinas diarias. Durante el desarrollo de la presente guía estaremos analizando algunos de los aspectos básicos que giran en torno a la actividad física y los beneficios que tiene la misma para conciliar el sueño.



La actividad física para regular nuestra energía

El estilo de vida sedentario y alejado de la actividad física, provoca que en muchas ocasiones no logremos realizar un gasto significativo de energía durante nuestras rutinas diarias. La ingesta de comidas con un alto contenido de azúcar, carbohidratos refinados y bebidas energéticas altas en cafeína, son factores que se suman al desbalance energético que muchas personas enfrentan.


La actividad física es excelente para liberar energía de una forma saludable. Mientras que contribuimos al beneficio de nuestra salud, quemando grasa y fortaleciendo nuestro cuerpo, vamos preparándonos para llegar a la noche con el nivel de relajación adecuado para conciliar el sueño profundo. La relación que existe entre el ejercicio y el sueño profundo es muy alta, siendo este sueño el que es verdaderamente reparador para nuestro organismo.



La actividad física para regular el estrés

Otro de los factores de gran peso, que influyen en que no podamos conciliar el sueño con facilidad, es el estrés acumulado. En muchas ocasiones no nos damos cuenta de la carga de estrés tan grande que llegamos a sostener, esto se debe a que el estrés es acumulativo y no da señales claras hasta que se encuentra en un estado muy avanzado. Es normal que se subestime el impacto que provoca el estrés en nuestra salud y calidad de vida, pero lo cierto es que esta condición puede ser el origen para el desarrollo de disímiles enfermedades crónicas.


La actividad física ha demostrado grandes resultados en la disminución del estrés y consecuentemente se ha mostrado como una solución inteligente para contrarrestar los impactos que tiene este en nuestra calidad de sueño. Cuando nos encontramos bajo mucho estrés, es probable que no se logre dormir profundamente o por mucho tiempo. Paradójicamente esta condición hace que aumente todavía más el estrés en nuestro cuerpo, es por ello que se requiere de cambios drásticos en nuestros hábitos para frenar el desarrollo del mismo.



El ejercicio demanda de descanso

Como hemos visto, el ejercicio es una gran herramienta para favorecer la calidad de nuestro sueño, pero es válido también hacer notar la responsabilidad que enfrentamos al someternos a jornadas de actividad física. Cuando nos ejercitamos debemos descansar adecuadamente, es importante que ajustemos nuestros horarios para que nos reste las horas necesarias para que el organismo se pueda reparar y recupere su energía. Tanto los ejercicios cardiovasculares como los de fuerza, exigen del sueño reparador para recuperarse del desgaste sufrido en músculos, tendones y articulaciones.


Comienza a incorporar pequeñas cargas de ejercicios a tus rutinas diarias y aprovecha esta iniciativa para comprometerte a descansar más y cuidar la calidad de tu sueño.


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