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Falta de conocimiento en el ámbito empresarial - coaching negocio
Hoy en día, hay muchísima información en Internet sobre cómo iniciar un negocio. Existen webinars, expertos compartiendo sus experiencias, documentos técnicos, herramientas gratuitas o con planes de pago para administrar un negocio, y muchos otros recursos. También puedes observar lo que hace la competencia en tiempo real y acceder a herramientas avanzadas para estudios de mercado y campañas de marketing online. Aun así, estadísticamente, los nuevos negocios tienen una alta tasa de fracaso en los primeros 3 años.
La mayoría de las personas que emprenden no solo busca independencia y mejorar su economía, también sienten pasión por su proyecto. Suelen ser buenos profesionales en su campo, pero a menudo desconocen los aspectos generales de dirigir un negocio. Subestiman la responsabilidad, los roles que deberán asumir y el tiempo que les llevará. Nadie quiere fracasar y muchos temen cometer errores.
Las causas más comunes del fracaso de un emprendimiento incluyen:
Problemas de planificación:
Falta de financiación: no conseguir la financiación adecuada a tiempo.
Desconocimiento administrativo: no estar preparado para gestionar el negocio en áreas clave como finanzas y contabilidad.
Mala compañía: si no empiezas solo, asegúrate de que el equipo o los socios sean competentes y sepan trabajar en equipo. Sé cuidadoso si traes socios o inversores.
Subestimar la necesidad del marketing: aunque tu producto o servicio tenga calidad, no se venderá solo. Es necesario invertir tiempo, dinero y recursos en marketing.
Agotamiento: tendrás que dedicar mucho tiempo y energía al negocio durante un período indefinido.
Falta de atención al cliente: ignorar quejas, no adaptar productos o servicios al cliente, y no trabajar en la fidelización puede resultar costoso en un entorno competitivo.
Estancamiento: mantenerse actualizado y adaptarse a nuevas tendencias es clave para la evolución del negocio.
Empezar un negocio desde cero no es fácil. Las personas tienden a enfrentar los problemas solo cuando los tienen encima, en lugar de ser proactivas.
Contar con la opinión de alguien con más experiencia, tener apoyo, resolver dudas o subcontratar un servicio específico puede ahorrar tiempo y evitar errores costosos. Muchos emprendedores ven esto como una inversión que vale la pena.
Si necesitas a alguien que te oriente y comparta su experiencia, podrías optar por una mentoría. Si prefieres que un experto gestione un área específica, una consultoría puede ser la solución. Y si aún no tienes claro qué quieres o cómo lograrlo, un buen coaching te ayudará a encontrar tu camino.
Lo importante es ser consistente y persistente. No debes desanimarte ni agobiarte. Si fallas esta vez, aprenderás de la experiencia y habrá otra oportunidad para intentarlo de nuevo.