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El triángulo del bullying: agresores, víctimas y el papel clave de los espectadores - acoso escolar
El acoso escolar nunca es un fenómeno de dos. Para entender la dinámica del bullying, debemos mirar más allá de la relación binaria entre quien pega y quien recibe. Los expertos en convivencia escolar hablan del "Triángulo del Bullying", una estructura social compleja donde cada actor juega un rol determinante. En este artículo analizamos los perfiles psicológicos de los tres vértices: el agresor, la víctima y, el grupo más grande y decisivo, los espectadores.
Contrario al estereotipo, el agresor no siempre es un alumno con problemas académicos o marginal. A menudo, son líderes sociales con habilidades para manipular al grupo. Existen varios subtipos que estudiamos en el curso:
El Agresor Dominante (Líder): Suele tener una personalidad fuerte, impulsiva y con poca empatía. Necesita reafirmar su poder sometiendo a otros. No siente culpa por sus actos y tiende a justificar la violencia ("se lo merecía", "es una broma"). A menudo, tienen una autoestima inflada (narcisismo) y baja tolerancia a la frustración.
El Agresor Ansioso o Reactivo: Es un perfil más complejo. A veces actúa con violencia porque interpreta erróneamente las situaciones sociales como amenazantes. Puede tener problemas emocionales de base o venir de un entorno familiar violento.
El Agresor Seguidor (Secuaz): No inicia el acoso, pero sigue al líder para ganar aceptación social o por miedo a convertirse en víctima. Sin estos seguidores que ríen las gracias y apoyan, el líder perdería su poder.
Características comunes a trabajar: Falta de empatía (incapacidad de ponerse en el lugar del otro), impulsividad, dificultad para cumplir normas y visión positiva de la violencia como herramienta de resolución de conflictos.
Cualquier niño o niña puede ser víctima de acoso escolar. No existe un "rasgo" que justifique la agresión, pero sí existen factores de vulnerabilidad que los agresores explotan.
Víctima Pasiva: Es el perfil más habitual. Suelen ser alumnos tranquilos, inseguros, con pocos amigos o red social débil. Ante la agresión, reaccionan con llanto o retraimiento, lo que refuerza al agresor (que obtiene la sensación de poder que busca). Sufren en silencio por miedo a represalias o por vergüenza ("nadie me va a creer").
Víctima Provocadora: Un pequeño porcentaje de víctimas combina ansiedad con reacciones agresivas. Pueden ser alumnos hiperactivos o con dificultades sociales que irritan al grupo, lo que el agresor usa como excusa para justificar el ataque. Es vital distinguir aquí causa y efecto.
El Síndrome de Indefensión Aprendida: Tras sufrir acoso prolongado, la víctima llega a creer que haga lo que haga, nada cambiará. Deja de defenderse y de pedir ayuda. Esta pasividad no es debilidad, es un daño psicológico severo que requiere intervención terapéutica y apoyo docente.
Aquí reside la clave de la prevención. El 80% de los alumnos no son ni agresores ni víctimas; son testigos. Su comportamiento determina si el acoso se detiene o se perpetúa.
El Rol del Refuerzo: Si los espectadores se ríen, graban con el móvil o simplemente miran con interés, están reforzando al agresor. El bullying es un acto teatral; necesita público. Si el público desaparece, la función acaba.
La Ley del Silencio: Muchos alumnos no intervienen por miedo ("si digo algo, irán a por mí") o por difusión de responsabilidad ("alguien más hará algo"). Romper esta ley del silencio es el objetivo principal de los programas de prevención como el método KiVa.
Los Defensores: Son los alumnos que se atreven a intervenir, a consolar a la víctima o a buscar a un profesor. Fomentar este rol es vital. En nuestro curso enseñamos cómo empoderar al grupo para que transforme la cultura del aula de "chivatos" a "cuidadores".
La intervención no puede centrarse solo en castigar al agresor y proteger a la víctima (aunque es necesario). Debe trabajar con el grupo clase:
Entender este triángulo es fundamental para cualquier Plan de Convivencia Escolar. Si solo tratamos los síntomas individuales sin corregir la dinámica grupal, el acoso volverá a surgir con otros protagonistas.